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Yo y mi camino

Yo y mi camino

No he encontrado otra frase, en toda mi vida, más básica que esta. Admito que suena un tanto narcisista, pero refugia mucho de las tempestades. No quisiera perderla, eso significaría no creer en mi mismo y eso es como cortar la cuerda en este abismo de la sociedad.

Muchas veces, cuando nada pasa como uno desea, cuando lo que uno intenta que ocurra no sucede, o ha de pagar injustas y desorbitadas cuentas por algo que no lo vale, cuando te esfuerzas por algo hasta la última exhalación respetando toda norma ética y observas que otro te lo arrebata con un sencillo aspaviento sin tener en cuenta ninguna de estas normas, es el momento en que caes sobre ti mismo, vuelves a tu pequeño lugar y procesas una y otra vez con diferentes lógicas, lógicas lógicas al principio, y absurdas lógicas ya al final, simplemente dejas de entender, Hay una canción de Natch Scratch que plantea las mismas preguntas que me planteo refugiado en ese rincón;

“¿Por qué si eres legal te patean día a día? ¿Por qué siempre tienen más los que menos lo merecen? ¿Por qué los cabrones ríen y los honrados padecen? ¿Por qué no puedo ser libre si no hago daño a nadie? ¿Por qué los que lo hacen siguen estando en la calle?”

Saco la cabeza tras haberla sacado, pero los golpes son tremendos, la ira, el odio, la desconfianza, la maldad, el desprecio, la envidia, el egoísmo, la mentira, el engaño, la burla, el abuso, la violencia, la discriminación, el orgullo, la vanidad, la inmoralidad, la avaricia, la soberbia, el rencor, la venganza, el ensañamiento, la intolerancia… caen como relámpagos en una tempestad, son palabras cuyos significados son perfectamente comprensibles, lo que no entiendo es cómo alguien guarda en si mismo alguna o muchas de ellas y es capaz de usarlas para ser feliz. No digo que en alguna ocasión no haya poseído muchas, pero siempre he sabido valorar qué sirve y qué no sirve para conseguir tus propios objetivos, aun aprendiendo, no quiero dar luz a mi camino con esas farolas, y cuando no me gusta el camino que piso vuelvo a ordenar… vuelvo ha partir de estas cuatro palabras; Yo y mi camino, es lo único que es totalmente mío.

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